miércoles, 21 de febrero de 2018
Crisis Mental
Soy bisexual.
Siempre pensé que estaba bien con ello. Incluso he estudiado e investigado sobre la diversidad sexual. Nunca pensé que me fuera a causar conflicto.
Y no es que sea abiertamente bisexual, pero hay varios factores que me lo impiden, y por mi propia seguridad y salud mental decidí no ir y contarlo por el mundo. Yo sé que hay muchas cosas que te orillan a ser out and proud, y la verdad ¡es genial! y apoyo la decisión de cualquier persona de decirlo, pero no siento que sea lo que yo quiero o que le deba importar al mundo, pues en última instancia es algo personal. Además me considero en un espectro de lo gris asexual y... bueno, no es que me gusten muchas personas para empezar, así que nunca sentí que faltara algo en mi vida o la real necesidad de contarlo a todo el mundo, tampoco es como si fingiera que no me gustan las chicas, solo decidí no decirlo.
No quiero que etiquetas como "bisexual" o "gris-asexual" sean lo que me definan. me han ayudado en este camino de conocerme a mi misma, pero no quiero que sea lo segundo que piense la gente después de mi nombre. Entonces... si todo estaba bien ¿de dónde viene la crisis?
Quise decirlo, pero me dio miedo. Mucho miedo.
Estaba tan paralizada que las palabras no salieron de mi boca. Me puse a llorar horas en el coche de mi compañero (que si sabe), dándole vueltas al asunto una y otra vez.
Y es que sí, me sentí avergonzada de lo que soy como nunca. Me di cuenta de que cuidaba mis acciones alrededor de chicas para que no fuera malinterpretada. Cada instante de pánico, cada palabra no dicha y cada acción que hice o no hice fueron como una puñalada.
Me sentí idiota por ser e idiota por no sentirme orgullosa de ser.
Nunca me había sentido así en mi vida. Siempre he odiado cosas de mi, creo que todos lo hacemos, pero no esto, mi orientación nunca me pareció algo así de importante. Al parecer lo es.
En los últimos días he recibido el apoyo de amigos, a quienes les dije de frente lo que era, y se lo tomaron tan bien... pero sigo muriendo de miedo. Sigo pensando en el rechazo que voy a sentir cuando una chica se lo tome mal.
Sé que si alguien se lo toma mal no vale la pena, pero siento que si pasa eso es por mi, porque soy inadecuada, porque soy rara y porque lo que soy está mal.
Por el momento no es tiempo de decir nada. No es como una curita que pueda arrancar de cuajo. No estoy lista en ninguna forma. Tengo que volver a sentirme a gusto en mi propia piel y en mi propia mente. Como lo hacía hace un par de días. Respirar profundo. Tomarme mi tiempo. Cuidar de mi.
Tal vez es un mal consejo, pero me repito una y otra vez que no le debo explicaciones a nadie. Que soy completamente normal (tal vez menos común que los heteros). Y que lo más importante soy yo.
Esta es mi historia. Tal vez algún día se lo cuente a las amigas que he empezado a apreciar. Tal vez no.
Pero por el momento escribir es suficiente.
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